Descripción
Limpio, fresco, ligeramente picante, cítrico.
La nube especiada sube hasta la nariz, intensa y exótica. Es la sensación que te invade cuando deslizas el jengibre por el rallador y la pulpa amarilla suelta su jugo.
Si vas a preparar un plato asiático, en el jengibre encontrarás ese toque característico que estás buscando. Pero este ingrediente indispensable en la gastronomía oriental también es un viejo conocido en occidente.
¿O acaso no te gustan las navideñas galletas de jengibre?
Es picantillo, sí, pero también ligeramente dulce. Así que puedes tomarlo en muchas preparaciones saladas, desde ensaladas hasta guisos y asados, donde contrasta y eleva los sabores. Y también en dulces.
Te recomendamos darle un puntito de jengibre fresco a tus mermeladas caseras. Ralla un poco sobre las manzanas antes de meterlas al horno (con el azúcar y la canela, un postre de 10). ¿Bizcochos y galletas? Por supuesto.
Todo queda delicadamente aromatizado.
Y tu salud, más cuidada. El jengibre es un clásico en la medicina oriental y con toda la razón. Las propiedades del jengibre son muchas y diversas. Es digestivo y cuida del estómago, protege la salud cardiovascular y es bueno para el aparato respiratorio. Tiene poder analgésico y antiinflamatorio e incluso evita la halitosis.
irene sanz –
desde que lo pedi la primera vez para provar me he acostumbrado ah añadirlo a algunas recetas y la verdad es q me encanta y sabiendo que es eco y cultivado en españa mas ademas dura bastante y eso que lo uso a diario